«Siempre recordaré el desfile en Atenas 2004. Fue muy emocionante»,
recuerda el asturiano
El aeropuerto de Barajas se ha convertido en algo así como la segunda casa de quien fuera uno de los remeros olímpicos asturianos de referencia: Alberto Domínguez, (Avilés, 1978). Este avilesino reside en la actualidad en Madrid junto a su mujer y sus hijos. Trabaja como Policía Nacional en Barajas desde el año 2006. «Saqué la oposición mientras competía a nivel profesional en remo. El Cuerpo Nacional de Policía da muchas facilidades a los deportistas. Por ello logré sacar la plaza -que logró en 2003-», recuerda tras la cabina de control de la instalación aeroportuaria.
A pesar de haber sido un deportista profesional y de élite y que su día a día dependiera del deporte, Alberto reconoce hoy estar desconectado de esta disciplina. «Te das cuenta que la vida te depara otras cosas y tienes que ir renovándote, asegura el asturiano.
Su padre, Alberto Domínguez, fue la persona que le introdujo en el remo, a pesar de haber probado muchos deportes antes de subirse a un bote. Los inicios de Alberto fueron en Corvera, en el Grupo Dortivo de Rema Corvera, en 1987. Antes competió con el equipo de atletismo. «Mi padre me aconsejó probar primero las carreras y luego seguir con el remo», indica Alberto. El remo es un deporte innato en la familia Domínguez ya que tanto el padre como los hermanos de Alberto compitieron al igual que él en la élite. Su hermana, Mayte Menéndez, es, a día de hoy, campeona del mundo en la categoría de veteranos.
Rápida evolución
La evolución de Alberto en el remo se notó rápido. En cada campeonato al que asistía hacía podio. La selección nacional se fue haciendo eco de su currículo como remero y, en 1995, fue convocado por la selección júnior absoluta para participar en el Mundial de Polonia. «Fue mi primera competición seria, por decirlo de alguna manera. La experiencia fue muy buena. Quedamos séptimos en la categoría 2x (doble scull)», dice..
Dos años más tarde y tras los buenos resultados, el avilesino entró a formar parte del equipo nacional absoluta, en el que coincidió con otro asturiano, Rubén Álvarez. Lucharon por la plaza para Sidney 2000 y la lograron tras el Mundial de Croacia, en el que se hicieron con el bronce. «Fue una alegría muy grande. Nunca pensé que me vería en unos Juegos Olímpicos», apostilla el exolímpico. Alberto viajó a Australia, pero lo hizo con el billete de reserva y no compitió. Le quedaba otra oportunidad para debutar como olímpico: Atenas 2004. «El ambiente que viví en el desfile olímpico no lo voy a olvidar, ya que no es comparable con ninguna de las competiciones en las que participé».
Tras el paso por los Juegos, el asturiano siguió compitiendo a alto nivel, como en el Mundial de Japón en 2005, aunque, poco a poco, comenzó a tener otras inquietudes y comenzó a pensar en ejercer su profesión, que no era otra que la de Policía Nacional. Pero no fue hasta 2011 cuando decidió abandonar su pasión: el remo. «Mi última competición fue en el Mundial de Eslovenia en 2011 y, desde entonces, no me he vuelto a subir a un bote», comenta emocionado mientras se coloca su uniforme de Policía Nacional.
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