Media Liga para Hondarribia
La
‘Ama Guadalupekoa’ vence en la Bandera de Bilbao con una regata en la
que manejó con maestría los tiempos y acerca al Bidasoa la Corona de
este año
NOTICIAS DE GUIPúZCOA
- (Jabier Izquierdo).-Más que una victoria. Mucho más que una bandera.
Lo que cosechó ayer Hondarribia en la ría de Bilbao, a la vera del
majestuoso museo Guggenheim, fue media Liga. Un título que tiene ahora
más al alcance que nunca, puesto que los ocho puntos de renta con los
que parte la trainera verde rumbo a La Concha a falta de tan solo dos
jornadas de competición parecen demasiados para que Orio pueda dejar a
los hondarribiarras sin poder entonar su segundo alirón en la ACT. Tras
la victoria en 2006, Hondarribia nunca ha tenido tan cerca la Corona
como este año. De no pinchar de manera flagrante, algo que no ha
ocurrido en todo el verano, el campeonato será suyo. Ahora bien,
enfrente cuenta con un rival que no claudica y que estará seguro ahí
detrás en Bermeo y Portugalete obligando a la Ama Guadalupekoa a dar lo mejor de sí para sellar su victoria.
Ayer Orio volvió a demostrar que siempre vende cara su derrota y aguantó tres largos el ritmo del líder. El empeoramiento de unas condiciones ya de por sí incómodas para la práctica del remo complicaron sobremanera el trabajo de las embarcaciones de la tanda de honor, que tuvieron que trabajar a destajo para meter fuerza a una remada que contaba cada minuto que pasaba con menos agua para impulsar el bote. Este hándicap, unido a que la anchura del campo de regatas obliga a que se compita en modo contrarreloj, deslució algo el espectáculo que puede ofrecer una regata de esta categoría pero, como los mejores actores de Hollywood, aguiluchos y verdes consiguieron convertir en buena una película de serie B con un guion flojo. El viento nulo y una corriente en estado de coma imposibilitaban ver más acción con todo lo que estaba en juego. En ese escenario, Hondarribia remó -bueno, chapoteó- con la cabeza fría y la sangre caliente. Los bidasotarras llegaban presionados por la victoria oriotarra en Portugalete, las expectativas en auge entre su afición y porque, quieran o no, desde la regata de casa la Liga ya parecía que solo podían perderla. Esa mochila pesada e imaginaria que se carga el remero a su espalda podía pasarles factura a los de Mikel Orbañanos, pero nada más lejos de la realidad. La Ama Guadalupekoa respondió en el agua haciendo gala de su veteranía, a pesar de la juventud de muchos de sus integrantes. Una mezcla perfecta que ha ido labrando estos últimos años el club fronterizo y con el que ha llegado al clímax esta temporada. Ya el curso pasado dieron buena cuenta de su compenetración, sobre todo en La Concha, y este año le han dado un mayor grado de calidad y regularidad al proceso.
No en vano, en otras circunstancias, los vatios que atesoran escuadras como las de Orio y Urdaibai le vaticinarían a Hondarribia bastantes menos posibilidades de llevarse la victoria en una contrarreloj de ría y con marea baja. Por eso, también, la celebración de los integrantes del bote verde fue mayúscula al término de la regata. Además del qué, importaba el cómo. Los dos primeros largos evidenciaron que el más mínimo acierto o desacierto daría la explicación de la victoria al ganador. Y de la derrota al vencido, claro. Es lo que tienen los uno contra uno, y las finales como la que se lidió ayer. Las dos traineras llegaron en el mismo segundo al ecuador de su trabajo y encaraban con un segundo de retraso sobre Urdaibai la parte final de la regata. En juego, bandera y Liga. Los pinganillos comenzaban a echar humo mientras los patrones visualizaban el horizonte.
Tercer largo decisivo
Casualidades de este deporte, cuando menos se esperaba que se diera respuesta al motivo de la victoria, Hondarribia pegó el zarpazo. La Ama Guadalupekoa bogaba hacia la última baliza y Ioseba Amunarriz acertó con el camino. De un minuto para otro, las diferencias aumentaron del nada a los cuatro segundos. Los verdes encendían el turbo y cogían la proa de la prueba. En la ciaboga, dos segundos de ventaja sobre Urdaibai, cuatro, sobre Orio, confirmaban el arreón. A partir de ahí, los bidasotarras se emplearon con serenidad, manteniendo el ritmo de remada también a la vuelta. En meta, las diferencias se agrandaron hasta parar el crono cuatro segundos antes que los txos. Un registro imponente de 19:20.68, que mejoró en siete segundos el marcado por los aguiluchos, que se tuvieron que conformar, finalmente, con la tercera posición. Intercambio de papeles del día anterior. Sin ninguna duda, gran regata de la San Nikolas, a la que no se le puede pedir más que estar luchando por bandera, y lo estuvo. A este nivel no se puede ganar siempre.
La victoria hondarribiarra, además, refrenda el acierto de Mikel Orbañanos en la elección de su plantilla titular de cara a estas últimas jornadas y a La Concha. Los catorce que remaron ayer, que también lo hicieran el sábado y que casi seguro repetirán al completo el jueves en la clasificatoria, fueron los siguientes: Ioseba Amunarriz (patrón), Julen Castrillón, Asier Puertas, Manex Alday, Xabier Etxebeste, Ekaitz Aznar, Iñaki González (por babor), Osertz Alday, Iñigo Vertiz, Iker Marizkurrena, Garikoitz Uranga, Iñigo Jauregi, Agoitz Irazoki (por estribor) y Txalo Carrión (proel).
Por detrás, Kaiku demostró estar absorto en Liga, tras quedarse a un segundo del triunfo el sábado y a la friolera de 45 ayer. La Conc...[leer más]
Ayer Orio volvió a demostrar que siempre vende cara su derrota y aguantó tres largos el ritmo del líder. El empeoramiento de unas condiciones ya de por sí incómodas para la práctica del remo complicaron sobremanera el trabajo de las embarcaciones de la tanda de honor, que tuvieron que trabajar a destajo para meter fuerza a una remada que contaba cada minuto que pasaba con menos agua para impulsar el bote. Este hándicap, unido a que la anchura del campo de regatas obliga a que se compita en modo contrarreloj, deslució algo el espectáculo que puede ofrecer una regata de esta categoría pero, como los mejores actores de Hollywood, aguiluchos y verdes consiguieron convertir en buena una película de serie B con un guion flojo. El viento nulo y una corriente en estado de coma imposibilitaban ver más acción con todo lo que estaba en juego. En ese escenario, Hondarribia remó -bueno, chapoteó- con la cabeza fría y la sangre caliente. Los bidasotarras llegaban presionados por la victoria oriotarra en Portugalete, las expectativas en auge entre su afición y porque, quieran o no, desde la regata de casa la Liga ya parecía que solo podían perderla. Esa mochila pesada e imaginaria que se carga el remero a su espalda podía pasarles factura a los de Mikel Orbañanos, pero nada más lejos de la realidad. La Ama Guadalupekoa respondió en el agua haciendo gala de su veteranía, a pesar de la juventud de muchos de sus integrantes. Una mezcla perfecta que ha ido labrando estos últimos años el club fronterizo y con el que ha llegado al clímax esta temporada. Ya el curso pasado dieron buena cuenta de su compenetración, sobre todo en La Concha, y este año le han dado un mayor grado de calidad y regularidad al proceso.
No en vano, en otras circunstancias, los vatios que atesoran escuadras como las de Orio y Urdaibai le vaticinarían a Hondarribia bastantes menos posibilidades de llevarse la victoria en una contrarreloj de ría y con marea baja. Por eso, también, la celebración de los integrantes del bote verde fue mayúscula al término de la regata. Además del qué, importaba el cómo. Los dos primeros largos evidenciaron que el más mínimo acierto o desacierto daría la explicación de la victoria al ganador. Y de la derrota al vencido, claro. Es lo que tienen los uno contra uno, y las finales como la que se lidió ayer. Las dos traineras llegaron en el mismo segundo al ecuador de su trabajo y encaraban con un segundo de retraso sobre Urdaibai la parte final de la regata. En juego, bandera y Liga. Los pinganillos comenzaban a echar humo mientras los patrones visualizaban el horizonte.
Tercer largo decisivo
Casualidades de este deporte, cuando menos se esperaba que se diera respuesta al motivo de la victoria, Hondarribia pegó el zarpazo. La Ama Guadalupekoa bogaba hacia la última baliza y Ioseba Amunarriz acertó con el camino. De un minuto para otro, las diferencias aumentaron del nada a los cuatro segundos. Los verdes encendían el turbo y cogían la proa de la prueba. En la ciaboga, dos segundos de ventaja sobre Urdaibai, cuatro, sobre Orio, confirmaban el arreón. A partir de ahí, los bidasotarras se emplearon con serenidad, manteniendo el ritmo de remada también a la vuelta. En meta, las diferencias se agrandaron hasta parar el crono cuatro segundos antes que los txos. Un registro imponente de 19:20.68, que mejoró en siete segundos el marcado por los aguiluchos, que se tuvieron que conformar, finalmente, con la tercera posición. Intercambio de papeles del día anterior. Sin ninguna duda, gran regata de la San Nikolas, a la que no se le puede pedir más que estar luchando por bandera, y lo estuvo. A este nivel no se puede ganar siempre.
La victoria hondarribiarra, además, refrenda el acierto de Mikel Orbañanos en la elección de su plantilla titular de cara a estas últimas jornadas y a La Concha. Los catorce que remaron ayer, que también lo hicieran el sábado y que casi seguro repetirán al completo el jueves en la clasificatoria, fueron los siguientes: Ioseba Amunarriz (patrón), Julen Castrillón, Asier Puertas, Manex Alday, Xabier Etxebeste, Ekaitz Aznar, Iñaki González (por babor), Osertz Alday, Iñigo Vertiz, Iker Marizkurrena, Garikoitz Uranga, Iñigo Jauregi, Agoitz Irazoki (por estribor) y Txalo Carrión (proel).
Por detrás, Kaiku demostró estar absorto en Liga, tras quedarse a un segundo del triunfo el sábado y a la friolera de 45 ayer. La Conc...[leer más]
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