Dos españoles cruzarán a remo el Atlántico
La Talisker Whisky Atlantic Challenge está considerada la prueba de remo más dura del mundo
Los españoles José González García y Emilio Hernández Carmona participarán a partir del próximo 2 de diciembre en la Talisker Whisky Atlantic Challenge, la prueba de remo más dura del mundo que consiste en cruzar el Océano Atlántico desde la isla canaria de La Gomera hasta la caribeña Antigua.
En esta prueba de carácter internacional que consiste en remar más de 3.000 millas por el Océano Atlántico, participarán dieciocho equipos formados por entre una y cinco personas procedentes de Estados Unidos, Gran Bretaña, Australia, Dinamarca, Suecia y, por primera vez, España.
Los españoles José González García, de 28 años, y Emilio Hernández Carmona, de 42, se conocieron hace siete años opositando en Murcia para ser bomberos, profesión de la que viven trabajando en el municipio de Águilas, aunque ambos son residentes en Cartagena.
"Los dos somos enamorados del mar, nos gusta el deporte y tenemos un punto de enganche con la adrenalina, que es lo principal"
"Los dos somos enamorados del mar, nos gusta el deporte y tenemos un punto de enganche con la adrenalina, que es lo principal. También lo afrontamos como un viaje introspectivo, para conocernos mejor y saber nuestros límites", dijo Emilio, durante la presentación de su reto.
Para preparar este desafío, ambos deportistas llevan remando juntos "unos tres años" en los que han hecho travesías de todo tipo. "Hicimos una travesía de Jávea a Ibiza, que nos llevó unas veinte horas, después de veinticuatro horas de descanso fuimos de Ibiza a Mallorca en dieciocho y luego de Mallorca a Menorca en diez. Esa es nuestra preparación en cuanto a resistencia, porque también hemos hecho travesías por el litoral de la península, como la de Cartagena a Gibraltar, y varios tramos independientes de menos días", explicaron.
El barco, comprado en Inglaterra y llamado 'La Cruz del Sur', cuenta con unas dimensiones de siete metros de largo, dos treinta de ancho y dos de alto y tiene la capacidad de auto-enderezarse en caso de vuelco al contar con un centro de gravedad muy bajo. "El barco tiene una zona de trabajo de remos central y luego dos cabinas en cada punta. La de atrás es la tienda de campaña y la otra es para meter cosas. Debajo de la zona de trabajo hay una zona para guardar el agua de reserva", comentó Emilio.
En este tipo de desafíos tan importante es la preparación física como la psicológica, puesto que estar tantos días aislado del mundo en alta mar no es fácil, tal y como reconocieron Emilio y José. "Hemos entrenado esa parte aunque los dos tenemos un umbral de sufrimiento alto. Hay personas a las que no les gusta dejar las cosas a medias y estaremos ahí hasta el final, aunque si el mar dice que claudiques terminaremos claudicando, porque no hay nada que pueda luchar contra él", dicen.
"Los días nos dan igual, aunque lo que se pretende tardar son unos dos meses, más o menos sesenta días"
"El miedo que puede haber es que se rompa la desaladora, un timón o que no podamos utilizar los remos y no avancemos. A una tormenta no hay miedo porque el barco es robusto, está diseñado para soportar tormentas fuertes y tiene un camarote hermético que en caso de volcar se auto-endereza", confiesa José.
Los dos deportistas explicaron cuál será el régimen de comidas que llevarán en alta mar, basado sobre todo en hidratos de carbono y proteínas. "El objetivo es comer unas cinco o seis mil calorías diarias. Será comida deshidratada. Hay diferentes platos de arroz con pollo y dependiendo del día eliges una cosa u otra. También llevaremos una caña con señuelo artificial para pescar la llampua y variar el menú con pescado fresco", declaran.
El objetivo de este reto, para el que han contado con el apoyo de de Antón, del gimnasio Quinta Avenida, de la escuela de navegación Triolas y del club de remo Ciudad de Águilas, es acabar. "Los días nos dan igual, aunque lo que se pretende tardar son unos dos meses, más o menos sesenta días". El reto de José y Emilio también tendrá un componente solidario, puesto que una vez que los gastos necesarios para el viaje estén cubiertos se donarán los fondos obtenidos de apoyos y patrocinios a Cáritas de la parroquia de Santa María de Cartagena, que está implicada en el Banco de Alimentos de la Región de Murcia.
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