Las Banderas de La Concha de Castro irán a parar al mejor postor
La subasta pública se realizará el 4 de abril en el Juzgado de Castro. El precio de salida para pujar por los trapos que La Marinera ganó en 2001, 2002, 2006 y 2008, en un único lote, asciende a 18.900 euros
Las vitrinas de los clubes de remo han albergado tradicionalmente las Banderas de La Concha cosechadas por sus tripulaciones. Han sido destino final de una honorable ruta que partía de una embarcación, atravesaba el muelle, pasaba por el Ayuntamiento de turno y finalizaba en la sede social del club campeón. Ha sido así mientras el recorrido ha respondido a criterios estrictamente deportivos.
Ahora existe un itinerario alternativo: el jurídico-económico. Coincide en el punto de partida, pero abre mucho el escenario de llegada. Cualquier empresa, sociedad o individuo con un determinado poder adquisitivo puede adueñarse de golpe de cuatro banderas, las conquistadas por Castro en las ediciones de 2001, 2002, 2006 y 2008. Se van a subastar -en un único lote- el 4 de abril en el Juzgado de Castro. Precio de salida: 18.900 euros.
La deriva económica que ha sufrido el club de remo de Castro ha provocado que el lógico recorrido de las banderas derive en un tumultuoso peregrinaje cuyo final dependerá de una puja. La entidad ha ido acumulando deudas con constructores, proveedores y exremeros. Para saldar la que tenía con Sergio Montenegro, le embargaron las banderas por primera vez en 2012. Durante más de un año, el bogador gallego las ha tenido en su casa hasta que, gracias a otro tipo de embargos, logró cobrar los 18.000 euros que se le debían. Las depositó entonces en el Juzgado de Castro.
Descansan en Arrasate
El juez ordenó entonces a una empresa de medicina deportiva con sede en Arrasate que trabajó para Castro entre 2007 y 2010 acudir a por los preciados trapos para llevárselos. Esta firma asumió su custodia en mayo del año pasado y ha recibido la orden de devolverlas al Juzgado el 4 de abril para la subasta pública. Descansan bajo llave hasta entonces en Arrasate envueltas en papel de seda para que el mejor postor las encuentre perfectas.
Responsables de esta organización señalan que «se trata de un proceso desagradable en el que estamos inmersos por una deuda. Pensamos que las banderas las han ganado los remeros de Castro y el sitio natural donde deben estar es en su club, pero el juez ha decidido que sea así y nosotros cumplimos sus resoluciones. Sólo queremos cobrar lo que nos deben y terminar con esto cuanto antes». Su deseo de que el proceso fuera siquiera discreto se chafó desde el día en que la propia recogida de las banderas se realizó en público con Montenegro pasándoselas en mano en el Juzgado.
La cantidad que el club cántabro debe a esta empresa asciende a 103.000 euros, aunque ya ha recibido la mitad en virtud de otros embargos. Las citadas fuentes afirman al menos que «sabemos que lo que se saque en esta subasta está asignado para nosotros tal y como señala una sentencia». Castro también tiene embargadas una trainera y dos trainerillas por una deuda con el constructor oriotarra Amilibia.
Para poder participar en la histórica puja, los interesados deberán abonar en el Juzgado de Castro 3.780 euros, el equivalente al 20% del valor de tasación de las banderas. El perito judicial que pasó por Arrasate a tasarlas decidió que tres de ellas valían 4.200 euros, mientras que la lograda en 2001 -año de la célebre remontada de La Marinera a Orio- elevaba el precio hasta los 6.200 euros. La razón reside en la peculiaridad de la bandera de esta edición, que cuenta con un sólo escudo de la ciudad en lugar de los dos que se bordan habitualmente a cada lado e incluye además un bordado diferente en el reverso.
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