EL 'FISIO' ELISARDO DE LA TORRE, UN EJEMPLO DE LUCHA
El atleta olímpico que alimentó la revolución del Racing
Obstaculista en Atlanta 1996, su historia sobrevive más allá de las marcas
"Lavín es un delincuente, aunque aún no esté en la cárcel"
"No tengo miedo a las consecuencias cuando lucho por algo que es justo"
31/01/14 imprime
El drama del Racing de Santander saca a la luz historias extraordinarias de personas corrientes.Elisardo de la Torre(Marín, 1971) nunca lo reconocerá, pero su espíritu revolucionario y su concepto de la justicia han contribuido de manera decisiva a la causa santanderina, que enorgullece a España mientras avergüenza a una parte de su clase directiva.
El fisioterapeuta del Racing, todavía con la voz entrecortada, estalla por amor al deporte y a sus jugadores. Los nervios están a flor de piel en Santander. "Se me rompió el alma media hora antes del partido, estamos hablando de la oportunidad de sus vidas", comenta De la Torre, otrora atleta excepcional, más por las victorias humanas que por las deportivas, más en lo esencial que en la gloria pasajera.
"La chispa que hizo arder el bosque se produjo el sábado pasado. Mientras que el presidente Ángel Lavín nos prometía que iba a mantener la plantilla y todo se iba a solucionar, nos enterábamos de que dos jugadores ya estaban vendidos a un equipo de Primera división y que estaba ofreciendo a otro por toda España. Estamos hablando incluso de delitos fiscales, con dinero negro de por medio", apunta antes de concluir: "La plantilla, que está muy unida, no aguantó más y decidió dar el golpe en la mesa. No nos puede mentir a la cara con todo lo que venía de atrás, es excesivo y amoral. Es un delincuente, aunque los jueces aún no hayan determinado meterle en la cárcel".
Morir luchando
De la Torre es uno de los escuderos del entrenador Paco Fernández desde que el destino los juntó en Asturias a principios de siglo. "Nosotros no podemos sostener a un equipo toda la Liga con 11 jugadores, si se nos van tres o cuatro, estamos perdidos. Yo creo que la intención de este presidente es que el club desaparezca para que no se localicen todas sus trampas, pero nosotros vamos a morir luchando", expone. "No podíamos ceder y jugar la Copa, la afición y la sociedad cántabra nos apoyaban".
De la Torre es uno de los escuderos del entrenador Paco Fernández desde que el destino los juntó en Asturias a principios de siglo. "Nosotros no podemos sostener a un equipo toda la Liga con 11 jugadores, si se nos van tres o cuatro, estamos perdidos. Yo creo que la intención de este presidente es que el club desaparezca para que no se localicen todas sus trampas, pero nosotros vamos a morir luchando", expone. "No podíamos ceder y jugar la Copa, la afición y la sociedad cántabra nos apoyaban".
A ninguno de los verdaderos amantes del atletismo les sorprendió que De la Torre fuese uno de los implicados en la justa revolución santanderina. Ayer reconocieron en su mirada el mismo espíritu de hace 15 años, cuando era la estrella atlética del club Universidad de Oviedo."Si no cobran mis compañeros, yo no me subo a este autobús", espetaba la víspera de una jornada de División de Honor en Anoeta, cuando un dirigente le acercó un sobre para acallar su reclamación.
Tras conseguir el objetivo colectivo, disputó la prueba, unos 3.000 metros obstáculos que lideraba con total autoridad. "Esperé a mi compañero César Pérez –años más tarde entrenador de Marta Domínguez- por órdenes de equipo, para echarle una mano y conseguir el primer y segundo puesto. Cuando quedaban 200 metros, me traicionó y me esprintó". Así de noble era 'Eli' de la Torre. Así se lo pagó uno de los atletas que había cobrado gracias a su reivindicación.
Un ejemplo para el deporte
El atletismo gallego también tiene una deuda eterna con el fondista. "Hice la mínima para los Juegos de Atlanta y la Federación Española me amenazaba con dejarme en casa si competía demasiado. No querían que corriese por Galicia, que se jugaba el ascenso a Primera", narra. "Me reuní con los directivos de la Federación Gallega. Quería asegurarme de que, si participaba y ascendíamos, era para consolidar el proyecto y presentarnos al año siguiente. Me dieron su palabra". Jugándose su presencia olímpica, De la Torre corrió y venció. "Galicia ascendió, pero al año siguiente no se presentó". Otra traición que casi le cuesta la gran cita deportiva de su vida en 1996.
El atletismo gallego también tiene una deuda eterna con el fondista. "Hice la mínima para los Juegos de Atlanta y la Federación Española me amenazaba con dejarme en casa si competía demasiado. No querían que corriese por Galicia, que se jugaba el ascenso a Primera", narra. "Me reuní con los directivos de la Federación Gallega. Quería asegurarme de que, si participaba y ascendíamos, era para consolidar el proyecto y presentarnos al año siguiente. Me dieron su palabra". Jugándose su presencia olímpica, De la Torre corrió y venció. "Galicia ascendió, pero al año siguiente no se presentó". Otra traición que casi le cuesta la gran cita deportiva de su vida en 1996.
Aquel adolescente que aguantó el ritmo a sus hermanos Carlos y Daniel -dos atletas muy respetados a nivel nacional- el primer día que probó el atletismo tras la inminente desaparición de su equipo de balonmano, ha crecido. Sin embargo, sigue sin soportar la mentira. "No me arrepiento de nada de lo que he hechoen mi carrera. Se tendría que arrepentir la gente que se ha dopado y ha engañado. A mí me gustaría que les quitasen las marcas a los José Luis Blanco, Alberto García y compañía", argumenta. "Tendrían que estar más repudiados, porque, de lo contrario, parece que la justicia deportiva en España es un cachondeo".
Son recuerdos del pasado, emociones que se solapan con la imagen reciente de El Sardinero clamando justicia. Elisardo de la Torre, el fisioterapeuta del Racing, el atleta olímpico, el hombre al que nunca se le cayeron los anillos por trabajar en un muelle o ser peón en una obra. El revolucionario que alimentó, entre otros, el espíritu de un vestuario que ganó algo más que una Copa: "Yo voy a muerte, hasta el final; no tengo miedo a las consecuencias cuando lucho por algo que es justo".MARCA.compuso el título a la crónica del Racing más valiente de la historia y, tal vez, a la futura biografía de 'Eli': 'Con el honor no se juega'
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