'En mi época teníamos un sentimiento de pueblo muy arraigado, trabajábamos solo por San Pedro'
La Semana Músico Coral de Pasai San Pedro, que continuará en Navidades, homenajeó ayer a mediodía a Julián Osa, entrenador de la trainera de San Pedro desde 1984 hasta 1996, por los múltiples éxitos que cosechó, entre ellos, cuatro Banderas de La Concha
NOTICIAS DE GUIPúZCOA - (Aitziber Muga).-Según relataron ayer los organizadores de la Semana Músico Coral, Julián Osa nació en Torreatze y creció oyendo historias de remo de sus antepasados, como las de sus tíos remeros de Aita Manuel o las de sus vecinos Hilario y Bixente. Cuando regresó del servicio militar en 1967 entró en el club de remo de San Pedro y comenzó su época de remero en bateles, trainerillas, ganando el campeonato de España en San Sebastián el 1 de Agosto de 1971, y en traineras, donde obtuvo con José Luis Iriondo de patrón, el tercer puesto en La Concha, ese mismo año. Abandonó la práctica del remo, pero no su inquietud por conseguir cumplir aquellos sueños de los que tanto había oído hablar y, así, en 1984, se decidió a dar un empujón a los chavales que comenzaban a remar. Ya como entrenador consiguió recuperar la trainera en San Pedro que empezó a dar sus frutos en 1987 con la consecución de la Bandera de Petronor, primera bandera después de 52 años. Pero lo mejor estaría por llegar y fue ganar la Bandera de La Concha en el año 1989 después de 54 años. Hasta en cuatro ocasiones se trajeron la bandera a casa: 1989, 1991, 1993 y 1994. Por todo ello, le rindieron un merecido homenaje.
¿Qué supuso para usted saber que iba a ser reconocido en la Semana Músico Coral?
Las noticias de ese tipo suelen agradar. Hace años que dejé todo, y que después de tanto tiempo se acuerden de uno es bonito.
En su época de entrenador de la Libia estaría más acostumbrado a los laureles.
Bueno, los homenajes que solía recibir en el remo era aquellos que nos hacíamos nosotros mismos cuando ganábamos las banderas, que ya eran mucho homenaje. Luego los recibimientos que teníamos en el pueblo cuando llegábamos eran unos homenajes que solían hacerse para reconocer lo que habíamos hecho.
¿Cuál es el mejor recuerdo que conserva de su etapa de entrenador?
Tengo muchos recuerdos. El haber ganado las cuatro banderas en San Sebastián fue muy grandepara mí, porque en toda mi vida había peleado por el sueño de conseguir una bandera de San Sebastián y había gente que me decía que estaba en la luna. Tuve que pelear mucho por ello y el haber ganado sobre todo la primera de San Sebastián fue grandioso. También guardo un gran recuerdo de la primera vez que gané la Regata de Pasaia, aún no habíamos ganado la de La Concha, Esa fue la primera vez que empezamos a cosechar éxitos.
Sin embargo, en su época de remero San Pedro no estaba acostumbrado a tantos galardones.
No, en mis tiempos de remero la trainera no tenía gente suficiente. En los bateles y en las trainerillas sí que había más nivel. En bateles tengo dos o tres campeonatos estatales; entonces no había campeonatos de Euskadi porque era el año 69. En trainera el mejor puesto que hicimos fue un tercer puesto en la Bandera de La Concha, que para la gente que estábamos, que éramos catorce justos, no estaba mal.
En esos años, ¿todos los remeros eran sanpedrotarras?
Sí, en aquella época todos éramos del pueblo.
¿Qué opinión le merece la profesionalización del remo y los fichajes que se producen?
Cuando lo dejé yo, el remo estaba ya evolucionando, estaba cambiando. Pero de unos años ahora el sentimiento de colores y el sentimiento de pueblo no existe como antes. Nosotros éramos diferentes, teníamos un sentimiento de pueblo muy arraigado y solamente trabajábamos para el pueblo. Los chavales del pueblo en aquellos años compartían ese mismo sentimiento. Luego ya empezaron a hablar de si se van a un lado, de si se van a otro y a mí no me va ese ambiente.
¿Cómo ve actualmente a la Libia?
'La rivalidad con San Juan antes era más acalorada y más bonita, ahora está un poco descafeinada'
No la veo mal, lo que pasa es que no se termina de asentar. En los resultados que han obtenido en todos estos años atrás ha habido de todo, ha habido también resultados bonitos. Ahí andan trabajando y esperamos que tengan suerte un año.
Como le ha ocurrido últimamente a San Juan.
Sí. En mis años no sucedía como ahora, que un día uno gana por veinte segundos y al día siguiente entra de los últimos. Entonces andábamos todos en unos pocos segundos, siempre andábamos en márgenes bastante estrechos.
¿Había grandes piques entre las traineras de San Juan y San Pedro?
Sí, no tiene nada que ver con lo que hay ahora. Antes nos llamábamos perrerías, pero lo hacíamos con disimulo. La rivalidad era más acalorada porque vivíamos el remo más intensamente, en el interior de la persona, y era una rivalidad mucho más grande y para mí muy bonita. Siempre que no se faltase al respeto era muy bonita, porque yo creo que esa rivalidad nos ayudaba tanto a ellos como a nosotros a lograr mejores resultados. Era más bonita y era más intensa. Ahora la rivalidad es más descafeinada.
¿Cómo se vivía esa rivalidad?
Era algo que se vivía todos los días, no solo cuando había regatas. Si ibas a San Juan, siempre había alguien que te decía alguna cosa.
¿Le falta algo por ver en el remo?
No creo que me falte nada por ver. En mis tiempos conseguimos todas las banderas desde Hondarribia hasta Bilbo; por ese aspecto no me queda nada por ver. Hombre, lo que me gustaría sería que San Pedro flotase un año bien y consiguiese triunfos. Eso sería muy bonito.
¿A qué dedica ahora su tiempo libre?
Por las mañanas voy a andar y luego hago bici. La mañana la dedico a cuidar el cuerpo y a las tardes voy a mi taller a hacer maquetas de barcos, ahora estoy haciendo el Queen Mary que es muy bonito. También me dedico a leer por las tardes. Llevo una vida muy relajada. No tiene nada que ver con la de antes.
l Su txoko preferido de Gipuzkoa: San Pedro, porque es mi pueblo, he nacido en él y le tengo un cariño un cariño total. Yo no cambio de pueblo.
l Un paisaje idílico: Desde la Torre de San Pedro podemos ver el monte y el mar a la vez y es una cosa muy bonita. También me gusta la vista de San Pedro desde el mar con el faro de la Plata en lo alto.
l Un monte: En San Pedro no tenemos montes altos, así que elijo el camino al faro de la Plata (Ulia).
l Una playa: Por desgracia no tenemos playa en San Pedro, pero en su día la tuvimos en Ondartxo, pero nos hicieron un molicote de hormigón y nos la chafaron.
¿Qué supuso para usted saber que iba a ser reconocido en la Semana Músico Coral?
En su época de entrenador de la Libia estaría más acostumbrado a los laureles.
¿Cuál es el mejor recuerdo que conserva de su etapa de entrenador?
Sin embargo, en su época de remero San Pedro no estaba acostumbrado a tantos galardones.
No, en mis tiempos de remero la trainera no tenía gente suficiente. En los bateles y en las trainerillas sí que había más nivel. En bateles tengo dos o tres campeonatos estatales; entonces no había campeonatos de Euskadi porque era el año 69. En trainera el mejor puesto que hicimos fue un tercer puesto en la Bandera de La Concha, que para la gente que estábamos, que éramos catorce justos, no estaba mal.
En esos años, ¿todos los remeros eran sanpedrotarras?
Sí, en aquella época todos éramos del pueblo.
¿Qué opinión le merece la profesionalización del remo y los fichajes que se producen?
Cuando lo dejé yo, el remo estaba ya evolucionando, estaba cambiando. Pero de unos años ahora el sentimiento de colores y el sentimiento de pueblo no existe como antes. Nosotros éramos diferentes, teníamos un sentimiento de pueblo muy arraigado y solamente trabajábamos para el pueblo. Los chavales del pueblo en aquellos años compartían ese mismo sentimiento. Luego ya empezaron a hablar de si se van a un lado, de si se van a otro y a mí no me va ese ambiente.
¿Cómo ve actualmente a la Libia?
'La rivalidad con San Juan antes era más acalorada y más bonita, ahora está un poco descafeinada'
No la veo mal, lo que pasa es que no se termina de asentar. En los resultados que han obtenido en todos estos años atrás ha habido de todo, ha habido también resultados bonitos. Ahí andan trabajando y esperamos que tengan suerte un año.
Como le ha ocurrido últimamente a San Juan.
Sí. En mis años no sucedía como ahora, que un día uno gana por veinte segundos y al día siguiente entra de los últimos. Entonces andábamos todos en unos pocos segundos, siempre andábamos en márgenes bastante estrechos.
¿Había grandes piques entre las traineras de San Juan y San Pedro?
Sí, no tiene nada que ver con lo que hay ahora. Antes nos llamábamos perrerías, pero lo hacíamos con disimulo. La rivalidad era más acalorada porque vivíamos el remo más intensamente, en el interior de la persona, y era una rivalidad mucho más grande y para mí muy bonita. Siempre que no se faltase al respeto era muy bonita, porque yo creo que esa rivalidad nos ayudaba tanto a ellos como a nosotros a lograr mejores resultados. Era más bonita y era más intensa. Ahora la rivalidad es más descafeinada.
¿Cómo se vivía esa rivalidad?
Era algo que se vivía todos los días, no solo cuando había regatas. Si ibas a San Juan, siempre había alguien que te decía alguna cosa.
¿Le falta algo por ver en el remo?
No creo que me falte nada por ver. En mis tiempos conseguimos todas las banderas desde Hondarribia hasta Bilbo; por ese aspecto no me queda nada por ver. Hombre, lo que me gustaría sería que San Pedro flotase un año bien y consiguiese triunfos. Eso sería muy bonito.
¿A qué dedica ahora su tiempo libre?
Por las mañanas voy a andar y luego hago bici. La mañana la dedico a cuidar el cuerpo y a las tardes voy a mi taller a hacer maquetas de barcos, ahora estoy haciendo el Queen Mary que es muy bonito. También me dedico a leer por las tardes. Llevo una vida muy relajada. No tiene nada que ver con la de antes.
l Su txoko preferido de Gipuzkoa: San Pedro, porque es mi pueblo, he nacido en él y le tengo un cariño un cariño total. Yo no cambio de pueblo.
l Un paisaje idílico: Desde la Torre de San Pedro podemos ver el monte y el mar a la vez y es una cosa muy bonita. También me gusta la vista de San Pedro desde el mar con el faro de la Plata en lo alto.
l Un monte: En San Pedro no tenemos montes altos, así que elijo el camino al faro de la Plata (Ulia).
l Una playa: Por desgracia no tenemos playa en San Pedro, pero en su día la tuvimos en Ondartxo, pero nos hicieron un molicote de hormigón y nos la chafaron.
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